Es importante saber qué tipo de música llevamos con nosotros
en nuestros aparatos eléctricos, ya que la música nos puede ayudar a mejorar o
a empeorar nuestro estado de ánimo, o
quien no ha estado triste y ha escuchado
música alegre para sentirse mejor y como por arte de magia, nuestro estado de
ánimo mejora bastante; se han hecho estudios sobre los procedimientos de
inducción del estado de ánimo (PIEA)y se ha
descubierto que el estado de ánimo(EA) puede cambiar con la ayuda de la
música; “Podemos concluir, en primer
lugar, que actualmente disponemos
de un número considerable de PIEA que
han demostrado ser eficaces (Las autoras han recogido más de 20 tipos
diferentes descritos en la literatura). Además, los trabajos publicados hasta
el momento señalan que esos PIEA son capaces de inducir estados de ánimo
diversos. Por otra parte, las medidas más utilizadas para determinar la eficacia de la inducción (es decir, el cambio logrado en el
EA tras la inducción) han sido los auto informes y las escalas
analógico-visuales. Por último, los PIEA más utilizados (Velten, generación
de re cuerdos, música, feedback social,
empatía y hablar en público) parecen conseguir un EA con una intensidad comparable
a la de un trastorno emocional de intensidad moderada “(Azucena y Rosa,
pág. 16) por eso aconsejamos en este blog poner música alegre cuando te
encuentres triste y ¿Por qué no? música
relajante ya que también existe un tipo de música para concentrarte y estudiar
mejor, pero esa es otra historia.
Referencia:
García-Palacios, A. y Baños, R. M. (1999). Eficacia de dos procedimientos de inducción
del estado de ánimo e influencia de variables moduladoras. [Recurso en
línea]. Revista de Psicopatología y Psicología
Clínica, vol. 4(1), N° pág. 15-26 [Fecha de consulta: 12.02.2012].
Nadie puede ser completamente indiferente al poderoso y magnético influjo de
la música. Eso es lo que surge de las palabras del doctor Clive Robbins, uno de
los musicoterapeutas más relevantes del mundo, cocreador del abordaje
terapéutico Nordoff-Robbins, que plantea que todas las personas, incluso las
más discapacitadas, poseen una sensibilidad musical que puede ser utilizada
para estimular su crecimiento y desarrollo.
"La música es enormemente versátil como medio de terapia, pues actúa en
niveles muy distintos. Puede trabajar físicamente, puede trabajar sobre lo
cognitivo, a través de las emociones, puede establecer un diálogo interactivo,
hacernos mover, puede hacernos pensar", comentó Robbins a LA NACION, que
visitó esta semana la Argentina para participar del Simposio Internacional de
Musicoterapia y Neuropsiquiatría Infantil. "Si bien su aplicación es conocida en niños con necesidades especiales, en geriatría y en psiquiatría, ha crecido su uso en el área médica en todo el mundo, y actualmente reciben servicios de musicoterapia desde bebes prematuros hasta adultos mayores, pasando por niños y adultos con diferentes diagnósticos", comentó la licenciada Marcela Lichtensztejn, jefa del Servicio de Musicoterapia del Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco), que organizó el simposio.
"Tratamientos para el dolor, oncología, neonatología, maternidad, recuperación posquirúrgica, rehabilitación neurológica y la lista sigue. Incluso se utilizan los beneficios de la música para reducir dosis de anestesia o para ofrecer estimulación y calidad de vida a personas en estado de coma", completó Lichtensztejn.
El abordaje terapéutico desarrollado por Robbins junto con su colega, el pianista Paul Nordoff, propone un papel activo para el paciente: el musicoterapeuta no hace música para el paciente, sino con el paciente. Y no hace falta saber nada de música para verse beneficiado con su enorme potencial terapéutico. "El tipo de trabajo que hacemos es llamado «musicoterapia creativa», porque está basado mayormente en la improvisación", explicó Robbins.