Ejercicios de puntuación corregidos.
1er ejercicio, de un cuento de Horacio Quiroga: El almohadón
de plumas.
Pronto Alicia comenzó a tener alucinaciones, confusas y flotantes al principio, y que descendieron luego a ras del suelo. La joven, con los ojos desmesuradamente abiertos, no hacía sino mirar una alfombra a uno y otro lado del respaldo de la cama. Una noche quedó de repente mirando fijamente. Al rato abrió la boca para gritar y sus narices y labios se perlaron de sudor.
−¡Jordán! ¡Jordán! −exclamó, rígida de espanto, sin dejar de mirar la alfombra.
Jordán corrió al dormitorio, al verlo aparecer Alicia lanzó un alarido de horror.
−¡Soy yo, Alicia, soy yo!
2do ejercicio, de un
cuento de Edgar Allan Poe: El corazón delator.
¡Es cierto! Siempre he sido nervioso, muy nervioso, terriblemente nervioso. ¿Pero por qué afirman ustedes que estoy loco? La enfermedad había agudizado mis sentidos, en vez de destruirlos o embotarlos. Y mi oído era el más agudo de todos. Oía todo lo que puede oírse en la tierra y en el cielo. Muchas cosas oí en el infierno. ¿Cómo puedo estar loco, entonces? Escuchen... y observen con cuánta cordura, con cuánta tranquilidad les cuento mi historia.
Me es imposible decir cómo aquella idea me entró en la cabeza por
primera vez; pero, una vez concebida, me acosó noche y día. Yo no perseguía
ningún propósito. Ni tampoco estaba colérico. Quería mucho al viejo. Jamás me
había hecho nada malo. Jamás me insultó. Su dinero no me interesaba. Me parece
que fue su ojo. ¡Sí, eso fue! Tenía un ojo semejante al de un buitre... Un ojo
celeste, y velado por una tela. Cada vez que lo clavaba en mí se me helaba la
sangre. Y así, poco a poco, muy gradualmente, me fui decidiendo a matar al
viejo y librarme de aquel ojo para siempre.
3er ejercicio, de un
cuento de Guy de Maupassant: Bola de Sebo
La mujer que iba a su lado era una de las que llaman galantes, famosa
por su abultamiento prematuro, que le valió el sobrenombre de Bola de Sebo; de menos que mediana estatura,
mantecosa, con las manos abotagadas y los dedos estrangulados en las falanges
—como rosarios de salchichas gordas y enanas—, con una piel suave y lustrosa,
con un pecho enorme, rebosante, de tal modo complacía su frescura, que muchos
la deseaban porque les parecía su carne apetitosa. Su rostro era como manzanita
colorada, como un capullo de amapola en el momento de reventar, eran sus ojos
negros, magníficos, velados por grandes pestañas, y su boca provocativa,
pequeña, húmeda, palpitante de besos, con unos dientecitos apretados,
resplandecientes de blancura.
En cuanto la reconocieron las señoras
que iban en la diligencia, comenzaron a murmurar; y las frases "vergüenza
pública", "mujer prostituida", fueron pronunciadas con tal
descaro, que la hicieron levantar la cabeza. Fijó en sus compañeros de viaje
una mirada, tan provocadora y arrogante, que impuso de pronto silencio; y todos
bajaron la vista excepto Loiseau, en cuyos ojos asomaba más deseo reprimido que
disgusto exaltado.
Cuadro comparativo de
errores
Errores
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Corrección
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Explicación
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Las sangrías
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En cuanto la
reconocieron las señoras que iban en la diligencia
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Al inicio de cada párrafo se debe dejar un pequeño espacio llamado sangría
para poder identificar el inicio de este.
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Conclusión
Los errores mas comunes
fueron; las sangrías en cada inicio de párrafo y las corregiré fijándome en
cada punto y aparte para diferenciar los textos a la hora de aplicar la sangría,
aprendí que es muy importante indicar cada inicio de párrafo para una mejor
lectura y comprensión del texto e ideas principales.